Me he sentido sola en mi vida cotidiana.
Durante mi época más productiva – escribiendo mi tesis de “Bachilér”, me levantaba faltando 20 para las 7, para trabajar acomodando los productos en un Supermercado, luego a la Universidad, desayunar (sola), a la biblioteca (sola), almuerzo, otra vez biblioteca, en la tarde posiblemente al Deporte, luego a casa, cena y ¡a dormir!
Mi caso no es un caso aislado, y por eso fundamos un “grupo de diferentes generaciones” en Hamburgo. La fundamos, porque muchos sufren de las condiciones en las que viven. Si nos escuchamos mutuamente, descubrimos que tenemos mucho en común. Necesitamos a otras personas para hablar y escuchar, para ver y oler, para sentir y para todo lo que necesitamos.
Hay muchos factores que nos impiden escuchar al vecino, al compañero de trabajo, a la naturaleza. Siempre trabajamos y tenemos prisa. Si lo hacemos solos, somas más eficientes.
Nuestro grupo es un grupo de resistencia contra esas exigencias. ¡Y hay que resistir mucho! Queremos mostrar interés hacia la otra persona, fortalecer nuestra capacidad de relacionarnos, inspirarnos, hablarnos y tocarnos mutuamente. Y así empezó todo.
Alchemilla, Hamburgo 24.12.2017